Oír quiero aunque algo me impida oír,
pues no quiero distraerme con el viento
ni tampoco con el morir del tiempo;
solo te quiero oír.
Quisiera transportarme a través de tus tonos
a la más alejada dimensión,
donde solo existe un hombre con ojos
que fisgan el objeto de tu rincón.
Tratando de descifrar
la perfección de tus "pestañas"
(otra vez me equivoqué, perdona mis palabras),
sigo corriendo como si me quisieran enjaular,
llevarme a la villa o a un pozo sin agua.
Llegar a tu luna, es mi ideal.
Sin distraernos con:
desfiles, música, gritos, peleas
y muchas situaciones verdaderas;
caminaremos por el asfalto:
desfilando en un festival donde no hay fronteras,
cantando la canción que oímos ayer,
gritándole al tiempo que deje de correr,
peleando por el camino donde no hay barreras
para luego llegar a situaciones verdaderas.
Los ruidos internos
los dejamos para el discurso aburrido de un viejo sin aire,
permitiéndonos gozar de nuestro mundo
mientras el auditorio aplaude.
Tonos y más tonos
parecidos a los matices de las flores
que escarban entre sí
su significado y sus colores.
Aún no creo la permanencia
de lo aparentemente divergente,
yo solo creo en las circunstancias
y en los momentos indelebles.
pues no quiero distraerme con el viento
ni tampoco con el morir del tiempo;
solo te quiero oír.
Quisiera transportarme a través de tus tonos
a la más alejada dimensión,
donde solo existe un hombre con ojos
que fisgan el objeto de tu rincón.
Tratando de descifrar
la perfección de tus "pestañas"
(otra vez me equivoqué, perdona mis palabras),
sigo corriendo como si me quisieran enjaular,
llevarme a la villa o a un pozo sin agua.
Llegar a tu luna, es mi ideal.
Sin distraernos con:
desfiles, música, gritos, peleas
y muchas situaciones verdaderas;
caminaremos por el asfalto:
desfilando en un festival donde no hay fronteras,
cantando la canción que oímos ayer,
gritándole al tiempo que deje de correr,
peleando por el camino donde no hay barreras
para luego llegar a situaciones verdaderas.
Los ruidos internos
los dejamos para el discurso aburrido de un viejo sin aire,
permitiéndonos gozar de nuestro mundo
mientras el auditorio aplaude.
Tonos y más tonos
parecidos a los matices de las flores
que escarban entre sí
su significado y sus colores.
Aún no creo la permanencia
de lo aparentemente divergente,
yo solo creo en las circunstancias
y en los momentos indelebles.
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