viernes, 2 de enero de 2009

Naipes

Guillermo, un argentino de 55 años, cumple una condena de cadena perpetua. Tiene un único hijo llamado Julian de 27 años, que además de escritor es arquitecto. Julian cogió el gusto por la arquitectura desde muy pequeño, realizaba habilmente toda clase de proyectos apoyado siempre por cartones, papeles y naipes. Hacer casas de naipes era su deporte mental preferido en el que pasaba horas porque había una particularidad: cada casa debía ser edificada bajo un mismo palo; es decir, una ventana de diamante no podía ser ubicada en una pared de corazones, o el techo de tréboles no podía sostener las paredes de espadas en el siguiente nivel. Los reyes de la baraja no eran utilizados como material, ellos obviamente ocuparían tales hogares ubicados no por procedencia, sino por preferencia de los mismos reyes. Los reyes de corazones tenían peleas constantes, entonces eran colocados en el hogar de espadas, mientras los reyes de espadas que eran fanáticos de la botánica, se les colocaría en la casa de tréboles. Los reyes tréboles concurrían a un fantástico joyero, destacado por sus trabajos en diamante, y es en esa casa de diamantes donde los tréboles colocarían sus estupendas joyas; y finalmente los reyes diamante gustaban de la poesía romántica y preferían estár bajo un techo pintado de corazones, entreteniéndo la vista con la fachada del Teatro Nacional Cervantes, en Buenos Aires. Cuando Julián tenía 7 años, Valeria su madre, acababa de cocinar la cena y llamaba a Julian a que se acercase, y éste no aparecía. Valeria fue a buscarlo a su habitación, allí lo encontró "jugando" y Valeria cansada de no ser escuchada demolió con sus manos de olor a cebolla la casa de corazones, pronunciándo después: ¡baja a comer ahora!, por un instante la madre de Julian se convirtió en Godzilla. Un año más tarde, Guillermo es condenado a cadena perpetua tras asesinar a su esposa con una daga del siglo XX que guardaba junto a unos pendientes de diamante en forma de tréboles, recién robados.

A eso llamo: suerte de principiante.

No hay comentarios: